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No Problem, No Castro (página 2)




Enviado por Miguel L. Palomino



Partes: 1, 2

El residente en otras comunidades sabe
cuán crudamente se plantea la cuestión del empleo,
apartado de toda consideración coyuntural: nadie le exige
agradecimiento. Sabe que las agencias de seguro son inversiones
en las figuras estadísticas de las probabilidades de que
pase lo malo; un juego cruel del que tiene con el que teme. La
vida en Norteamérica es apta sólo para
conquistadores naturales. El que mire hacia atrás,
como se dice en el Libro de Dzyan, está perdido. Y los
pobladores cubanos de Miami mantienen sus relojes detenidos en el
último día del año 1958, aferrándose
a un patriotismo híbrido en el lugar menos apropiado del
mundo: la meca del egoísmo; donde los hijos no quieren a
los padres porque a éstos no les queda tiempo libre que
dedicarles; el lugar donde el esclavo comparte con el rico el
último banquete a que los convida el Evangelio: tú
gozas el cielo, yo gozo la tierra; allí donde el
Cristianismo radical cedió en su lucha secular contra el
Cristianismo conformista, dejando el campo libre a la más
conservadora sociedad protestante burguesa. Los cubanos
desarraigados del exilio son dignos más de
compasión que de odio, porque saliendo del César
cayeron en la intríngulis del binomio Dios y
Burgués. Pero día a día destilan el odio a
un pasado reciente viviendo en la quimera de un pasado lejano,
con una cáscara tenaz resistiendo a la rueda de los
tiempos, argumentando en perjuicio del enemigo las mismas cosas
por tan largo tiempo que parece que quieren
autoconvencerse. 

Un joven descendiente de cubanos del exilio
es fácil de detectar por sus deficiencias en ambos
idiomas, por la falta de dominio de cuestiones básicas de
la cultura hispánica, hasta por señas externas del
genotipo. Está demostrado que la influencia del medio
ambiente sobre los jóvenes durante largos períodos
de tiempo hace aparecer tanto en la raza como en el individuo
nuevos aspectos estructurales y mentales, modificando
gradualmente a las células de las glándulas
sexuales, cuyos tejidos pueden adaptarse al nuevo medio, aunque
es cierto que el individuo no trasmite sus características
adquiridas.El desastre moral del exilio, cualquiera que sea y en
cualquier tiempo, sólo se constata después de la
derrota, que aunque humilla siempre, es en este caso en que el
individuo se lo juega todo y lo pierde cuando se ven
manifiestaciones de derrumbe espiritual: repetición de
ideas fijas, obsesión con la identidad, odio
autodestructivo. Sabe que está perdido, más que
nadie lo sabe, pero aceptarlo equivaldría a la
aniquilación y por eso en el ghetto se aplican reglas
locales para cosas universales como la masonería, la
iglesia, la diplomacia, los espectáculos artísticos
y tantas otras. Allí el sentido de supervivencia tiene
categoría suprema y hay que reconocer que han tenido
constancia en sus esfuerzos.

La gran tragedia del exilio fue confiar en
la Lógica más que en la Historia. Pudo más
la Geopolítica que el sentido patrio en la decisión
de abandonar la batalla contra la Revolución en espera de
la intervención norteamericana, una solución
más racional que pasional. Nadie que se hubiera planteado
la ecuación política de Enero de 1959, __con las
variantes de fuerza, geografía, predictibilidad e
intelecto de cada una de las partes en pugna, sin haber dado
crédito a la información genética y a
cuestiones ancestrales__, hubiera confiado en la permanencia de
Castro por cuarenta años en pie de guerra, resistiendo a
traiciones, reveses y dudas como nadie en la Historia, aunque
bien es cierto que nunca tuvo un enemigo de su envergadura. No se
puede considerar al Norte como el único enemigo, pues en
honor a la verdad no lo ha sido para la Cuba revolucionaria en
mayor medida que para todo el resto de la humanidad, ni le lleva
ventaja en su afán al exilio cubano, que mayoritariamente
ha jurado lealtad a la nación americana. Sólo
que se le ha resisitido sin la desvergüenza usual en
nuestros países latinoamericanos.

El mismo inmenso daño que ha sufrido
mi pequeño país, víctima de la guerra
económica __ que en definitiva es la única guerra
posible __, hecha por el más poderoso y rapaz de los
países, lo ha experimentado cualquier otro en la esfera de
su influencia, aunque se mire desde diferente
ángulo. Sucede que otros países no tienen una
proporción significativa de su población en actitud
vertical dentro del imperio en contra de su nación, algo
sui generis en la historia del mundo. Quizás uno de los
peores errores de Castro haya sido haber aceptado la
rendición de la brigada mercenaria en Playa Girón.
No hay nada en la jurisprudencia internacional que lo hubiera
condenado por haber barrido una invasión de naturales del
país traídos por el enemigo. Creo que el canje de
prisioneros de guerra por medicinas y alimentos fue un acto de
orgullo, con cierto valor estratégico en cuanto tiene que
ver con la diplomacia, pero dejó mucho que desear en la
táctica futura; hombres que se hicieron símbolo en
la lógica torcida del exilio, pero símbolo al fin.
El acto contrarrevolucionario del Orange Bowl con Kennedy a la
cabeza, recibiendo a los mercenarios cubanos, inauguró una
época de contradicciones en un mundillo raro: Los agentes
de la CIA que prepararon el plan, los dirigentes cubanos del
exilio y los propios mercenarios sabían que el presidente
americano no se comprometería en tremenda jugada en la
eventualidad de la falta de apoyo de la población. Pues
bien, no hubo apoyo, se derrotó la intentona en 72 horas,
entonces ¿qué se estaba celebrando?. Aún
más ¿qué se le reprocha a posteriori a
Kennedy?. Bastante humillación sufrió el
país con el embajador ante la ONU negando los bombardeos
iniciales.

Esta prueba es la primera del entreguismo
del exilio; no agradecer al gobierno americano el esfuerzo hecho
hasta donde pudo llegar. ¿Qué significaba la causa
del exilio; justo reclamo o mascarón de proa?.La historia
de las relaciones de Cuba con los Estados Unidos no puede
separarse del contexto de todo el Caribe: en la medida en que
crece la seguridad nacional de los Estados Unidos disminuye la de
los países de la región. La Doctrina Monroe en 1823
anunció las intenciones colonialistas exclusivas respecto
a los últimos reductos del imperio español: Cuba y
Puerto Rico. Dos intentos de adquisición en 1848 y 1853
para convertir a Cuba en esclava. Provocación del Maine en
1898 en La Habana. Establecimiento de un protectorado por medio
de la Enmienda Platt en 1901. Nueva intervención de 1906 a
1909. Imposición de condiciones después de la
revolución del 33. Derogación de la enmienda Platt
en 1934, luego del dominio pleno de los asuntos cubanos.
Invasión de Bahía de Cochinos en 1961 con
mercenarios cubanos al estilo de 1954 en Guatemala.La seguridad
nacional de Estados Unidos lo mismo ha utilizado al anticomunismo
más escrupuloso como ha apoyado a los regímenes
más sangrientos del mundo mientras que han mantenido la
estabilidad social, entendida como obediencia debida al imperio
más que asunto soberano. Esgrimir la excusa de la falta de
libertad en Cuba para no tener relaciones es una gran
hipocresía. Algo interesante en la sicología
de Miami es una especie de escalafón en la llegada al
exilio, pues el mérito disminuye con el tiempo. A los ojos
del exiliado es sospechoso de colaborador con el enemigo todo
aquél que ha salido tarde de Cuba, cuyo pueblo
supuestamente siempre ha estado sufriendo y resistiendo a la
dictadura, lo que es muy contradictorio.Hay una categoría
de contrarrevolucionarios que en justicia deben ser analizados
con óptica especial, pues las causas y azares en que se
vieron envueltos son marcadamente diferentes a los del resto: los
alzados. Entre otras cosas escogieron el escenario
histórico adecuado, se fueron para el monte, pensando que
muy pronto se repetiría la hazaña aún fresca
de los barbudos. Es cierto que aspiraban a la ayuda del Norte,
pero eso nada tiene en sí de malo. Es tan así que
llegaron a ser bastante populares entre los campesinos y
sólo desaparecieron con la llegada de un contingente
numeroso de la milicia. 

El que escoge el camino del exilio para
seguir luchando contra el gobierno de Cuba no comprende la
sicología de la geografía: aquí estoy yo,
allá los demás; estar aislado es estar fuera de la
isla. Prueba de que la lucha guerrillera tuvo un
carácter diferente es que la inmensa mayoría de los
liberados del presidio por este concepto hicieron una vida normal
y pacífica hasta que hijos y nietos descubrieron la
posibilidad de escapar a la tierra prometida con estas viejas
causas.Resumiendo, podemos sacar de lo dicho hasta ahora varias
categorías en la población del exilio en Miami: una
masa civil de batistianos, palabra que en sí misma
encierra la filosofía política de esos tiempos, y
no una posición específica; apolíticos
inadaptables al sacrificio revolucionario y simplemente
simpatizantes del modo de vida americano; ex-alzados salidos de
la cárcel en tiempos diferentes; veteranos ex-mercenarios
y traidores. ¡Ay, los traidores!. En el último
grupo aparecen los que fueron funcionarios, militares o
imparciales del gobierno junto a un estrato muy especial de la
sociedad cubana: los disidentes permanentes, los que
continúan disintiendo del sistema en donde ya no viven,
los que están fuera porque hablaron dentro, es cierto,
pero que mejor se callaran la boca, si entendieran la verdadera
diferencia entre disidente y traidor: su posición respecto
al enemigo. Si los disidentes actuales cubanos lo fueran de
veras, comprenderían que abandonar el terreno los invalida
para su actividad. Puede haber razones de peso para emigrar, pero
el peso de razones debiera inhibir al disidente emigrado en su
nueva posición. 

El verdadero
enemigo

No se puede perder de vista el objetivo
principal de la lucha política histórica; el
principal enemigo del país__, el que escamoteó la
victoria de un ejército que se enfrentó a las
mejores fuerzas de España, que impuso una enmienda a la
Constitución, abolida cuando ya el dominio sobre el
país la hacía innecesaria, cuyas trasnacionales
controlaban el grueso de la economía nacional__ siempre ha
sido el país del Norte. Es perfectamente comprensible
que el ciudadano se preocupe por cuestiones civiles, eso ni
siquiera debe cuestionarse. Lo malo es hacerse eco de la inmensa
propaganda por la cual el disidente en Cuba se convierte en
partidario del establecimiento de un estado utópico
respecto a la observación de los derechos humanos, que en
ningún lugar del mundo existe en una medida ni siquiera
menor que en Cuba. Mucho menos en los Estados Unidos, donde nada
que no sea autofinanciado puede ser soberano. La defensa de los
derechos humanos en Estados Unidos es un producto de
exportación.

La justicia americana es un monstruo que
funciona para el que pueda pagarla, un privilegio como el arte,
la cultura, la salud y la educación. El abogado de oficio
es una triste historia estadística de casos ganados; con
una inmensa mayoría de condenados que se declaran
culpables para disminuir las penas; con una muy controversial
selección de jurados, donde se tienen que balancear los
componentes raciales para evitar explosiones sociales. La propia
administración de inyecciones letales para los condenados
a muerte, en la que el país es pionero, es criticada en el
mundo entero por cuanto utiliza la estética médica
para ennoblecer un acto sin ninguna ética, que es en
sí mismo bárbaro. Hay menos pruebas de que esto no
es cruel que de la falta de efectividad de esta muerte, cuando
los propios condenados han tenido que asistir a los
discípulos de Hipócrates en canalizar una vena o
han muerto después de horribles convulsiones. Es sabido
también que esta pena de muerte es una oferta
política, así como que la intercesión de
gobernadores en condenas injustas más allá de toda
duda razonable obedece a causas meramente
políticas.

El derecho humano a igual salario por igual
trabajo es una atribución que cede generosamente la
sociedad capitalista al empleador.  En el estado de North
Dakota, en el año 1997, después de ser rechazada en
dos oportunidades seguidas por ambas cámaras, se
aprobó el acta de los derechos civiles donde se condenaba
la violación ilegal de esos derechos. Allí donde el
perro de un ciudadano es manifiestamente preferido a un
niño indio, donde existen más de 120 iglesias para
menos de 50 000 habitantes de su capital, hubo reacción
para aprobar una condena de las violaciones ilegales de los
derechos humanos, lo que hace sospechar la posibilidad de
violaciones legales. Y los activistas en Cuba piensan que esta
materia es el pan nuestro del ciudadano americano, cuando
más bien es un producto de exportación. El
primer derecho humano en el mundo había de ser el derecho
a la vida, entendida como la posibilidad de desplegar las
potencialidades creativas del hombre dentro del marco de su
cultura y con trazos de su identidad individual, sin esas
coacciones institucionalizadas de la sociedad que por
tradicionales parecen inevitables; las religiones. El surgimiento
del estado laico fue una necesidad dialéctica en la vida
del hombre, no por concesión de la religión sino en
respuesta a las evidentes incongruencias del dominio espiritual
sobre los asuntos sociales y sólo al reclamo del ser
social. Era demasiado contradictorio mantener un maridaje
entre los negocios de Dios y del rico mientras se habían
puesto en boca de Jesús palabras de negativa a la entrada
de los cielos al socio principal. Por tanto sería una
tendendia histórica y natural el advenimiento del estado
ateo. De hecho los asuntos prosaicos del diario vivir se
desentienden absolutamente del dominio religioso en los
países autodenominados civilizados, pues de nada vale ser
muy piadoso si no se tiene con qué pagarle a un hospital
católico, bautista, u otro cualquiera.

Realmente resulta incomprensible que en
asuntos de política se utilice a Dios, que no se ve, como
punta de lanza contra los ateos, que sí se ven. Hay
que ver lo que significa el hombre trabajador sin temor a las
enfermedades, sin la resignación de ver a sus hijos sin
educación, con el goce pleno del tesoro público de
su cultura. Debiera dejarse a Dios para las necesidades
espirituales solamente, que el hombre conociera como primer deber
el ayudar al otro, para darle una proyección lógica
al Dios Innecesario que todas las religiones pintan, un Dios que
tuvo su historia a partir de la irrupción de la
filosofía judeo-cristiana en la Cosmogonía de los
pueblos más antiguos, atribuyendo a la Causa Más
Elevada y Unica, al Principio Universal Deífico, la
creación inmediata de nuestra Tierra y del hombre en
contradicción flagrante con el Esoterismo Oriental, que
nunca ha rebajado a la Deidad Unica Infinita hasta semejantes
usos. En el Rig Veda no aparece Brahma, sino muy modestamente
Rudra y Vishnu, que fueron con el tiempo los dioses del credo
exotérico. Todos los dioses personales desde los albores
de la historia son de la tercera manifestación
cósmica, siendo la primera el Rayo de la Deidad Oculta
hiriendo la Materia Cósmica Primordial, propiciando al
producto andrógino, la Fuerza Dual Abstracta Macho y
Hembra, la segunda manifestación . Finalmente, en la
tercera, esta fuerza se separa en otras siete; los llamados
Poderes Creadores por las antiguas religiones y las Virtudes de
Dios para las iglesias romana y griega que les rinde culto bajo
las personificaciones de los Siete Arcángeles. Demasiado
humana la interpretación de la batalla de los dioses y los
ángeles caídos.Algo curioso y lleno de contenido es
la posición de la iglesia católica en el exillio,
con respecto a la de la isla. Cuando se oyen declaraciones de
ambas partes no parecen alas de un mismo pájaro, con lo
que queda demostrado que la conciencia religiosa es
también un fenómeno geopolítico
además de geográfico. La iglesia en Cuba ha pasado
satisfactoriamente la prueba más difícil:
perseverar en su labor evangélica sin interferir en los
asuntos de un estado autoproclamado ateo. Con serenidad admirable
ha convivido en una sociedad que con hechos demuestra que tampoco
el reino de la tierra es accesible a los ricos, que el
egoísmo es no sólo la peor enfermedad del
género humano, sino que es incurable, mientras que la
pobreza tiene cura.

Un sacerdote de mi pueblo, se
atrevió a pedir la bendición de Jesús para
sus hermanos comunistas, lo que, en honor a la verdad, no fue muy
bien acogido por muchos feligreses.En su bienvenida a Juan Pablo
II, el arzobispo de Santiago, Pedro Meurice fue bien
explícito en diferenciar el sentido patriótico
cubano del apoyo político al gobierno actual, lo que es
correcto en cuanto deje claro también su diferencia con
cualquier sentido religioso. Habría que poner al arzobispo
en la Ermita de la Caridad del Cobre de Miami para que hiciera la
misma diferenciación. Yo recuerdo muy bien sus palabras en
fecha conmemorativa de la parroquia de Manzanillo, a la luz de
candilejas: "Tenemos miedo de todo, tenemos miedo de tener
miedo". No es el miedo de una persona humana, es el miedo de
la tradición judeo-cristiana, de una idiosincrasia que
necesita un redentor que pague por culpas ajenas. Una
denuncia al miedo parecida la podemos encontrar en el Nuevo Trato
de Roosevelt en 1933 cuando dijo que el miedo es lo único
a lo que hay que temer, en una época en que con el
comienzo de la gran depresión y el advenimiento de Hitler,
el partido comunista ganaba creciente simpatía con su
coalición anti-fascista y su apoyo a los cambios sociales
de la década, incluso entre idealistas de la clase media.
Luego la derecha los acusó de comunistas, cargo de mucha
gravedad después del pacto nazi-soviético del 39.
Las convocatorias al valor por lo general siempre han estado
dirigidas contra el comunismo. Hay una predisposición
contra el comunismo profundamente arraigada en el espíritu
humano, marcada por una cultura abiertamente egoísta, que
irrumpió entre los dioses del politeísmo griego,
aplastó el magnífico multipartidismo del Olimpo y
lo que es peor; inculcó en la mente del hombre la
noción de criatura más favorecida de Dios,
haciéndolo sordo a los reclamos de justicia social.La
lucha contra el Comunismo no conoce fronteras, ni límites,
ni ética. Lo mismo una universidad que una
institución privada o un sindicato, ha discriminado a
algún comunista o socialista. Comités
congresionales (HUAC), Departamento de Justicia-Gobierno (
Loyalty-Security Program; 1947), Corte Suprema, Fuenteovejuna,
señor; todos a una, más allá de toda
ética o justicia: persecuciones, mentiras, abusos. En la
época del triunfo de Castro, los caballeros cruzados de la
Libertad y la Democracia en el mundo, dejando en el campo de
batalla a miles de víctimas del anticomunismo, daban una
convincente demostración de tratamiento a la disidencia
política. 

¡No tengáis miedo, Don
Karol! 

Dicen que Castro invitó al Vicario
de Dios a llegar a Cuba en ocasión de una de sus visitas a
Latinoamérica. Pero este viejecito simpático era
tan anticomunista que rechazó el ofrecimiento porque Cuba
estaba demasiado alineada a la Unión Soviética de
esos tiempos, con lo que parece quedar demostrado, si es cierta
su infalibilidad en asuntos religiosos, que Dios es
también anticomunista. Aunque el exilio cubano
consideró la visita papal a Cuba como un fracaso para
Castro, lo cierto es que todo lo que condenó en sentido
universal pudo haberlo dicho en cualquier otro lugar, sin
embargo, fue muy específico en asuntos como el
neoliberalismo y el capitalismo. El cubano del exilio es,
sencillamente neurótico. Claro que aquí el concepto
de neurosis ha de ser más amplio que la mera
transformación de los impulsos libidinales y el simbolismo
sexual, comprendiendo también el dominio obsesivo de la
protesta viril. Busca elevar su personalidad debido a su
sentimiento de disminución, lo que lo hace enmascarar su
tendencia vergonzosa de apátrida. Y como efecto
compensatorio de ese complejo de inferioridad está lo
mismo Dios que su idea directriz de
antifidelismo. 

Excepto los comunistas "to'er mundo e
güeno", lo que, además de incierto sienta un
precedente peligroso: la redención de los pecados, por la
que en un domingo se limpian los pecados semanales del mundo. Al
decir Le Rochefoucauld que jamás examinó el alma de
un hombre malo; pero una vez examinó el alma de un hombre
bueno y retrocedió espantado, estaba dando la clave del
problema del autoanálisis de conciencia: conflicto de
intereses; no se puede ser juez y parte al mismo tiempo. No tiene
sentido dejar a la vaga interpretación de una escritura
antigua el código moral de un ser social como el
ciudadano. El objeto del hombre es un acto y no un
pensamiento, aunque fuese éste el más noble, como
dijo Carlyle. Y no hay otro modo de lograr la interacción
de actos nobles y efectivos en la sociedad si no es con sistemas
de justicia social, pues ya ha quedado bien demostrado que las
instituciones caritativas han fracasado en ese objetivo. La
maldad no es patrimonio exclusivo de los ateos, entre los que
más bien he visto una menor proporción de canallas.
Es más, la incompatibilidad entre las religiones ha sido
históricamente mayor que la del ateísmo con ellas.
Mucha es la sangre que ha corrido entre los hombres en nombre de
Jesús. Miami estuvo de fiesta cuando llegó el
Papa a Cuba. Como siempre sus expectativas quedaron en el
vacío. La euforia por el Papa fue la misma que crea una
visita anunciada y celebrada por el gobierno y el partido. Miami
no entiende que el pueblo cubano ve en esa figura a un defensor
potencial, porque siempre se ha opuesto de oficio al bloqueo del
fuerte contra el débil. Se equivoca el que piense que la
masa silenciosa interpretó esta visita como algo hostil.
Se equivoca el Papa como se equivocan muchos de sus vicarios si
creen seriamente que el pueblo cubano no actúa de otro
modo por miedo; la virilidad de nuestro pueblo no necesita
pruebas. Cuando el Papa se refiere a los derechos humanos se
dirige a todo el mundo, pues esa es su
ética. 

El balance total de esta visita
favoreció a Cuba en cuanto desmiente la persecución
religiosa. Como dijo el Cardenal, las puertas siempre han estado
abiertas, aunque lo que ellos querían era que les abrieran
la oportunidad de la enseñanza religiosa a los
niños, espacios de difusión y otros privilegios que
nada aportan a la justicia social. La sabiduría popular no
se deja engañar; ni la iglesia ni el Papa garantizan en el
vasto mundo cristiano las mejoras sociales que se ha procurado el
pueblo cubano, que en definitiva es el que produce. No se
necesita ser simpatizante de Castro para reconocer los logros de
la Revolución o el legado histórico que ella misma
representa.Si Miami y el exilio en general encuentran en la
iglesia el crecimiento espiritual de que hablan, a pesar de las
desigualdades sociales, ése es su derecho; quizás
la necesiten más que nosotros. Si ya han olvidado el papel
parcializado de la iglesia a favor de España en nuestras
luchas independentistas frustradas o el concepto nada
místico de Maceo sobre Patria y Libertad cuando pone en
primer término al filo del machete, el pueblo cubano lo
recuerda muy bien. Es probable que en nuestra naturaleza no haya
calado bien la evangelización de los primeros colonos y
sea verdad la leyenda que nos enseñaban en la escuela
sobre el aborigen que, a instancias del cura para darle su
pasaporte al cielo, respondiera que si allá iban los
españoles, él no quería ir. No es muy
osado pensar que en la originalidad de nuestro sincretismo
cultural de mezcla de orishas y nuevo testamento radique una
diferencia fundamental con países vecinos. Sepan que
estamos hablando del mismo pueblo de: ¡Cree en Dios y no
corras!. De aquél que profesa su pragmatismo con: "A Dios
rogando y con el mazo dando". Huelga traer a colación las
más disímiles situaciones de la vida en que con
ciertas frases se da un tratamiento poco delicado a
Dios.

Nuestra rebeldía no es atea, es
agnóstica.Nadie sabe por qué, tal vez por la
tendencia a mezclarse que todo tiene en nuestro terruño,__
porque allí se fundieron en el crisol, como en ninguna
otra parte españoles, canarios, gallegos, catalanes,
vascos, negros, asiáticos __ pero lo cierto es que en
nuestra ética y estética no nos parecemos a nadie,
somos lo mismo frívolos y dicharacheros por la parte
valenciana que trabajadores y toscos por la parte isleña.
De Africa traemos el ritmo, de un significado mucho más
profundo que en lo que a la música se refiere; el ritmo
nos domina hasta en el modo de pensar. Por tanto, creo que la
iglesia católica pudo librarse del panteón yoruba
en la misma medida en que se internó en las masas
populares; poco significativa.

Se repite la
historia

La terquedad neurótica del exiliado
durante casi medio siglo demuestra que la experiencia de la vida
es subjetiva, preñada de mecanismos mentales viciosos, que
no enseña cuando no se tiene el deseo de aprender. Lo que
lo descalifica para tener un voto en el destino de Cuba. El
pasado ejemplo de Estrada Palma deslumbrado por el sistema
político del Norte, __lo que de paso nos llena de dudas al
pensar que José Martí no debió estar ajeno a
dichas tendencias y más bien lo elogió en
ocasión de fundar una escuela__debe alertarnos sobre los
patriarcas que pasan mucho tiempo en casa del adversario, pues
suelen ser sus preferidos ante los que se
quedaron. ¿Quién ha olvidado la respuesta de
Bartolomé Masó, el patriota menos favorecido por la
fama, al gobernador americano que le brindaba su apoyo en contra
de Juan Gualberto Gómez, " un negrito de pésimos
antecedentes morales"?. Perdió Masó. Ganó
Estrada Palma. Perdió Cuba.

Mientras Masó mantenía la
antorcha de lucha en Oriente junto a otros patriotas, sin la cual
ni Martí, Maceo o Máximo Gómez hubieran
podido encender la guerra posteriormente, algunos patriarcas
exiliados desarrollaban una admiración subconsciente y un
agradecimiento inmenso al país del Norte. No hay que
culpar personalmente a Estrada Palma, sino a sus circunstancias.
Otro quizás hubiera actuado igual.  Todo es
cuestión de medida en conceptos tales como agradecimiento,
simpatía, admiración. En asuntos
patrióticos el hombre de recto entendimiento es un
caballero que rechaza cualquier ofrecimiento y guarda su
corazón para su amada. De que la conversión de
La Habana en Miami es un peligro concreto en la eventualidad de
la derrota del socialismo en Cuba puede dar fe cualquier
ciudadano imparcial que haya vivido en el país del norte.
De que esto no sucederá lo sabe el que comprenda la
historia y la interprete como un legado vivo de heroísmo
ante la mala fortuna y la traición.

Yo no digo que la vida en los Estados
Unidos sea absolutamente mala o buena, sólo que
está hecha para gente diferente. El balance entre cosas
buenas y malas se hace inaceptable para un cubano medio. Lo
bueno no es igual. Lo malo es demasiado malo. En estos
momentos el movimiento disidente en Cuba parece estar deseando
lograr una unidad finalmente.Si no es que Radio Martí,
como siempre hasta ahora, se deja llevar por una euforia
circunstancial, __un viejo amigo mío, disidente de la
línea dura, decía que uno constantemente
tenía que mirar para la calle en busca de lo que estaban
anunciando__ se concretaría el peligro que muchas le
advertí a las autoridades cubanas: el aprovechamiento
oportunista __en el mejor sentido político de la palabra__
del grueso de los grupos contestatarios; frustrados, opacados,
autorrealizados en sentido peyorativo; los últimos
mohicanos de la guerra fría; los que intercambian
información subjetiva con El Nuevo Heraldo y con Radio
Marti, cuya programación, comparada diariamente con la
Radio Pública Nacional de Estados Unidos, produce estupor.
Sólo que la programación de la NPR es
autofinanciada por el propio radio-escucha, que no
admitiría esa concepción idílica de la vida
norteamericana que brinda la VOA para Cuba, gracias a una
programación financiada con dinero del contribuyente.El
gobierno cubano sigue perdiendo buenas oportunidades de facilitar
la actuación del bloque europeo en contra de la injerencia
de la ley Helms-Burton en los asuntos del mundo, que no
sólo la denuncia sino que amenaza con sanciones a los
miembros que la acaten. No es cambiar al multipartidismo de
inmediato, cosa poco menos que imposible, porque no hay figura ni
masa para tal, ni los disidentes han llegado a las plazas, ni
llegarán mientras no se desentiendan de un aliado
tradicionalmente odioso para el común de los
latinoamericanos.

Hay menos razón para exigir una
democracia multipartidista en Cuba que una democracia
multirracial en los Estados Unidos.  De los que apoyan el
embargo, aspiran al establecimiento de una democracia americana y
un neoliberalismo en Cuba, niegan lugar y necesidad
históricos a la Revolución y combaten a una
sociedad que los soporta como ninguna democracia del mundo tolera
a sus minorías, es mejor no hablar.

Yo creo que el gobierno cubano los protege
por motivos prácticos al evitar que las grandes masas se
aperciban de sus actos, con lo que invalida los argumentos
apocalípticos de unos cuantos, según los cuales
Castro quiere hundir la isla, aunque no explican qué
está esperando. De quererlo el gobierno, el movimiento
contestatario quedaría aplastado en unas cuantas horas,
con lo que nadie ganaría.En la conocida fórmula del
enemigo y el rehén siempre ha existido un interés
de la tercera parte, que es lo que dá sentido al asunto.
Ahora el exilio quiere, según su lógica torcida,
que el enemigo y el rehén se hundan juntos.

 

 

Autor:

Miguel L. Palomino

Partes: 1, 2
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